Los secretos de Suárez sobre el 23-F (que contó a Manolo Vázquez Montalbán)

 

SuarezRey

     

      Estaba cantado. Una vez muerto, tenía que aparecer toda la mierda sobre el 23-F que, por lealtad, por elegancia, por decencia o vete a saber por qué, Adolfo Suárez mantuvo en secreto. O mejor dicho, más o menos en secreto, porque todos sus secretos se los contó a unos cuantos aunque no permitió que se hicieran públicos en vida. Se entiende entonces que en su discurso del 23-M, el monarca expresara su “honda y permanente gratitud” a Suárez. Por su silencio, claro. Un silencio relativo, ciertamente, porqué Suárez, por despecho, por rencor, por decencia o por lo que fuera, bien que se aseguró que tras su muerte cualquiera de esos que conocían sus secretos desmontaran al fin la fantasía heroica del monarca en el golpe de Estado y que en su lugar resurgiera con fuerza lo que muchos sospechaban y unos pocos sabían pero nadie se atrevía a revelar: que el rey era el Elefante Blanco. Bueno, eso es lo que cuenta Pilar Urbano en su libro La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el rey prefiere no recordar. Una biografía, la del Rey, curiosamente marcada por los paquidermos: si primero fue el Elefante blanco, luego el blanco fue el elefante: ¡pum, pum! Al fin, el cazador, cazado, que diría el pobre elefante.

Que era solo cuestión de tiempo que saltaran en pedazos los misterios, embustes o secretos sobre el 23-F, era algo anunciado. De hecho cualquiera podía saber que todo eso que se contó en su día fue una patraña a beneficio de la Corona, pero que habría que esperar a la muerte de Suárez para conocer eso que algunos dirían la verdad y que yo llamaría lo que callaron y lo que mintieron. Y por lo visto Pilar Urbano ha respetado ese deseo de Suárez, de esperar a su muerte, compromiso que también respetó Manolo Vázquez Montalbán, otra de las personas que supo de boca del mismo Suárez qué hicieron el Rey, Armada y compañía antes y durante el golpe de Estado en el 23-F.

Desde hace años, Canal Plus tiene un programa, Epílogo, en la que conocidos personajes aceptan ser entrevistados como si ya hubieran muerto, o mejor dicho, con el compromiso de que la entrevista no se emitirá hasta que hayan muerto. Uno de los primeros entrevistados fue MVM, y su muerte inesperada en Bangkok en 2003, hizo que la entrevista se emitiera ese mismo año. En la segunda mitad de ese Epílogo, la voz en off que entrevista a Vázquez Montalbán le pregunta por Suárez, la transición y el papel del Rey. MVM reconoce que sabe algunos secretos sobre el 23-F que nunca han sido contados, y que en parte le contó Suárez en una entrevista que jamás se ha publicado, porque Suárez no consintió. La entrevistadora lo intenta, pero MVM mantiene el silencio comprometido con Suárez, a quien retrata mediante el mito del general de la Rovere, medio reportaje medio novela de Indro Montanelli que cuenta como, para salvar su vida, un estafador llamado Giovanni Bertone acepta hacerse pasar por el general de la Rovere para servir como delator a los nazis. Al final, sin embargo, Bertone de la Rovere aceptará ser fusilado como si fuera un auténtico general de la resistencia italiana antes que delatar a los suyos.

En esa entrevista, Vázquez Montalbán se niega en redondo a dar detalles de los secretos de Suárez sobre el 23-F. Sin embargo, queda claro, por el quiebro de la entrevistadora cuál es el contenido y el sentido de esos secretos de Suárez : “En todo caso, cual fue su opinión sobre la figura del Rey y su papel en la transición”, le pregunta la voz. Ese en todo caso es revelador. Transcribo ese fragmento de la entrevista, y se verá bien lo que no se dice pero se da claramente a entender:

La figura de Suárez fue tan heroica como se dijo?

—Suarez era y es un personaje encantador. Yo a veces he utilizado para él el mito del general de la Rovere. El general de la Rovere era un general de la resistencia italiana y una vez la policía de Mussolini detiene a un delincuente menor, que se parece mucho al general de la Rovere, lo infiltra en la cárcel y le hace jugar como tal general para conseguir información de los presos auténticos de la resistencia, pero este hombre se imbuye de tal manera de su condición de general de la rovere que acaba asumiendo que le fusilen porque se niega a revelar lo que ha se ha enterado con el contacto con los verdaderos resistentes. Sin ser Suarez evidentemente un delincuente, su peripecia se parece bastante: yo creo que es un hombre convocado por el Rey y lo que había detrás del Rey para dirigir la transición, porque era un hombre que venía de las filas del Movimiento, porque representaba la juventud creadora por así decirlo dentro de las filas del Movimiento, y que luego en la medida que va construyendo su personaje del facilitador de la transición, se lo va creyendo y lo acaba asumiendo el día del golpe de Estado de Tejero, cuando él y Gutiérrez Mellado estuvieron magníficos y Carrillo también, a la altura del desafío de los militares: entonces ya era realmente el general de la Rovere.

Que por cierto sobre ese golpe de Estado del 23-F usted supo cosas que nunca jamás se hicieron públicas, ¿ah que sí?

—Sí, en parte me las contó Suárez; pero era condición sine qua non para la entrevista que se la enseñara antes de publicarla: le enseñe hasta siete entrevistas u ocho y no obtuve el permiso para publicarla.

No lo tuvo?

—No, la entrevista esa nunca se publicó.

Y no nos puede contar nada ahora que ya no está o que ya está arriba..

—Es que yo no estoy en condiciones de saber, porque no he leído la prensa de esta mañana, si Suárez me sobrevive o no. Por lo tanto si Suárez me sobrevive no estoy en condiciones de revelar el secreto.

Supongamos que no le sobrevive

—Es que es mucho suponer.

Pues hacemos un intermedio.

—Le he dicho a usted hace ya rato en esta entrevista que no me fío del injusto termino medio.

En todo caso, ¿cuál fue su opinión sobre la figura del rey y su papel en la transición?

—El rey yo creo que… En primer lugar tenía dos advertencias históricas bastante serias. Primera su abuelo Alfonso XIII que jugó con los militares y se jugó la monarquía. Segunda, su cuñado Constantino de Grecia que hizo exactamente lo mismo y se jugó la monarquía; y tercero su padre, que estuvo jugando al ratón y al gato con Franco, y acabo siendo ratón.

No creo que de esa entrevista haya ninguna grabación: por precaución Suárez no la debió permitir. Pero seguro que esas siete u ocho versiones de la entrevista que le hizo MVM deben estar en su casa, y su viuda, Anna Sallés, o su hijo, Daniel Vázquez Sallés, deben de saber algo, espero.

Muerto Suárez, que era la objeción que ponía MVM, creo que ya sería hora de que esa entrevista se haga pública.